Tres años después de jurar como presidente de Venezuela, Hugo Chávez es depuesto por un golpe militar, acusado de querer implantar una dictadura comunista. Tras arrestarlo y exigirle que firme una renuncia que Chávez se niega a convalidar, los espadones no saben qué hacer con el presidente derrocado y tampoco quién debe asumir el mando en su lugar. Los generales venezolanos discuten si deben matar a Chávez acusándolo de traidor a la patria, o despacharlo en un vuelo a La Habana, o someterlo a un juicio sumario y encarcelarlo de por vida. Entretanto, un gobierno provisional, liderado por empresarios prominentes y bendecido por los jefes de la Iglesia católica, se juramenta atropelladamente, disolviendo todos los poderes públicos. En medio del caos y la confusión, el dictador cubano Fidel Castro usa el teléfono para insultar, amenazar e intimidar a los golpistas y para decirle a su amigo Chávez que no se quite la vida ni se deje matar y que escape a Cuba. ¿Por qué los confabulados no llegaron a asesinar a Chávez? ¿Por qué no despegó el avión que debía llevarlo a La Habana? ¿Cómo el presidente emboscado salvó la vida no una sino varias veces? Los golpistas, la novela más insolente y deslumbrante de Jaime Bayly, recrea con formidables bríos narrativos los tres días turbulentos en que Hugo Chávez perdió el poder, en uno de los golpes militares más absurdos, insólitos y esperpénticos en la historia latinoamericana. Y denuncia con lucidez e ironía los entresijos del poder militar, económico, religioso y político que sustentan algunos regímenes.
Tres años después de jurar como presidente de Venezuela, Hugo Chávez es depuesto por un golpe militar, acusado de querer implantar una dictadura comunista. Tras arrestarlo y exigirle que firme una renuncia que Chávez se niega a convalidar, los espadones no saben qué hacer con el presidente derrocado y tampoco quién debe asumir el mando en su lugar. Los generales venezolanos discuten si deben matar a Chávez acusándolo de traidor a la patria, o despacharlo en un vuelo a La Habana, o someterlo a un juicio sumario y encarcelarlo de por vida. Entretanto, un gobierno provisional, liderado por empresarios prominentes y bendecido por los jefes de la Iglesia católica, se juramenta atropelladamente, disolviendo todos los poderes públicos. En medio del caos y la confusión, el dictador cubano Fidel Castro usa el teléfono para insultar, amenazar e intimidar a los golpistas y para decirle a su amigo Chávez que no se quite la vida ni se deje matar y que escape a Cuba. ¿Por qué los confabulados no llegaron a asesinar a Chávez? ¿Por qué no despegó el avión que debía llevarlo a La Habana? ¿Cómo el presidente emboscado salvó la vida no una sino varias veces? Los golpistas, la novela más insolente y deslumbrante de Jaime Bayly, recrea con formidables bríos narrativos los tres días turbulentos en que Hugo Chávez perdió el poder, en uno de los golpes militares más absurdos, insólitos y esperpénticos en la historia latinoamericana. Y denuncia con lucidez e ironía los entresijos del poder militar, económico, religioso y político que sustentan algunos regímenes.