Nueve diputadas durante la Segunda República española; nueve mujeres que fueron la punta de lanza de la lucha feminista y el progreso social.
La Segunda República española vivió tres legislaturas entre 1931 y 1939. En ese periodo, solo nueve mujeres ocuparon un escaño en las Cortes. Nueve, entre centenares de diputados varones. Cuatro de ellas hicieron historia parlamentaria por diferentes motivos: Dolores Ibárruri, Clara Campoamor, Margarita Nelken o Victoria Kent; pero otras, igualmente relevantes, han caído en un injusto olvido. Es el caso de las escritoras María Lejárraga y Matilde de la Torre, de la abogada Julia Álvarez Resano, de la maestra Veneranda García Manzano o de la pedagoga Francisca Bohigas, la única que no tuvo que exiliarse tras la Guerra Civil. Todas ellas fueron sin embargo la vanguardia de otras muchas mujeres que en las primeras décadas del siglo xx, desde la cultura, el mundo sindical o la abogacía, lucharon por una igualdad que parecía remota en un país dominado por las oligarquías y el caciquismo, una Iglesia retrógrada y un Ejército reaccionario. Más aún que la biografía coral de estas nueve diputadas, Republicanas es también el relato de los esfuerzos en favor del sufragio femenino, la igualdad de derechos y el compromiso político con las clases desfavorecidas. Es asimismo la historia de un país que vio desvanecerse, tras la Guerra Civil y la posterior dictadura, los enormes progresos sociales y feministas tan difícilmente conquistados durante el breve periodo republicano.