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C/ Romero, 3, 22300 Barbastro, Huesca España
Muéstrate como quieres. Habla para que te escuchen, encuentra tu estilo y úsalo con intención. La profesora de Operación Triunfo y experta en comunicación positiva, Andrea Vilallonga, te da las claves para comunicar sin miedo y para que, de una vez por todas, te hagan puto caso.
ESTE LIBRO ES UN ANTÍDOTO CONTRA LA INVISIBILIDAD Y UNA INYECCIÓN DE AUTOESTIMA.
¿Alguna vez has sentido que hablas y no se entera ni el ficus del despacho? Si te interrumpen cada vez que intentas aportar algo, si lanzas una idea y la ignoran hasta que otro la repite más alto, si te curras un mensaje con intención y recibes un OK como respuesta… este libro es para ti. También puedes ojearlo si eres de los que se traga consejos no pedidos, opiniones sin fundamento y juicios ajenos como si fueran verdades absolutas.
La experta en comunicación y profesora de OT Andrea Vilallonga te da las claves -claras, aplicables y con mucho humor- para que te hagan puto caso cada vez que abras la boca… y también para que aprendas cuándo tienes que dejar de hacérselo tú a otros, sin sentir presión ni miedo a la crítica.
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Ni puto caso puede usarse como un lamento y como una declaración de intenciones. Es una moneda que tiene dos caras, como este libro.
La primera parte de este libro va de cómo recuperar tu espacio. Veremos cómo hablar con intención sin necesidad de gritar, cómo sostener tu mensaje con claridad, sin disfrazarlo de nada. Aprenderás a hacerte escuchar sin convertirte en otra persona, porque cuando tu presencia es consciente y tu mensaje tiene dirección, el impacto llega. Y sí, entonces te hacen caso. Del bueno, del que no tienes que rogar, ni justificar, ni forzar.
La segunda no va de aprender a hablar contigo misma. De revisar lo que dejas entrar, lo que te tragas, lo que te callas, lo que dices solo para no perder el vínculo. Va de aprender a filtrar, a poner límites con elegancia, a no justificar lo evidente, a dejar de estar disponible para todo el mundo, todo el tiempo. Va de practicar el arte de no contestar. Y y de recordar que no todo merece tu energía, tu tiempo o tu explicación.
