Es el joven estudiante que se metió de lleno en la lucha antifranquista, el portavoz de un partido de la izquierda radical, el profesor de una universidad que estaba dando sus primeros pasos. Es uno de los investigadores más importantes en el terreno de la cultura y de la comunicación, el intelectual público que ha participado en infinidad de debates clave para entender la fisionomía actual del País Vasco. Es el amigo, el padre, el compañero. Y, por qué no decirlo, es también una figura incómoda para aquellos que rara vez se aventuran a pensar más allá de lo que dictamina su círculo ideológico más próximo. Es Ramón Zallo Elgezabal, que con un tono autobiográfico poco habitual en su trayectoria, nos propone en Retrovisor y bisturí un ejercicio de su memoria crítica de los últimos 60 años, indispensable para entender nuestra realidad política, social y cultural en toda su complejidad.