Bibi no quiere ir a la escuela, tiene miedo y no quiere estar tanto tiempo fuera de casa. Pero viene el primer día y, después de llorar en la entrada de clase, se da cuenta de que tiene muchos compañeros y compañeras nuevas que también tienen miedo. La maestra se los gana con juegos, manualidades y canciones, lo que hará que Bibi estará deseosa de volver al día siguiente a clase.