Muchas son las ediciones de “El Principito”, más ahora que han caducado sus derechos. Sin dudarlo, ninguna realizada con el cariño que encierra esta edición en patués. El traductor, en su prólogo, evoca los recuerdos que le han llevado a publicar este libro. La tarde/noche de invierno, acompañado de sus primos, alrededor de la chimenea, escuchando a su tío Francisco (venido de Burdeos) contándoles en voz alta, en la lengua de la Vall de Benás una de las narraciones más universales que podamos escuchar.