El genocidio de Gaza supone un hito sustancial y estructurante en el devenir de la cuestión palestina. Además de amenazar la continuidad de la existencia del pueblo palestino en su propia tierra, todo va a ser bastante diferente a partir de ahora. Empezando por la forma en que cada vez más observadores, analistas y la opinión pública mundial interpretan lo que está ocurriendo en Palestina e Israel. Hasta ahora todo se interpretaba en clave de “conflicto antiguo, complejo y no resuelto”, que requería un empeño para forzar una resolución mediante concesiones de las partes y una fórmula ganador-ganador. Después del genocidio, la cuestión de Palestina se entiende cada vez más en torno a materias medulares de esta problemática y que habían sido intencionadamente obviadas: la matriz colonial, el cúmulo de ilícitos, el derecho internacional y los derechos humanos. El colonialismo no se legaliza; el apartheid no se negocia; el genocidio no se debería consentir; la paz solo es posible con justicia.