Pedro Vallín debate sobre los grandes temas
de nuestro tiempo con una IA a la que bautiza
como Casandra, la sacerdotisa que vaticinaba
el futuro pero a la que nadie creía.
Casandra es simpática, culta y rápida en sus
respuestas, aunque su prodigiosa memoria a veces
recuerda a la de Dori, la amiga del pez Nemo.
También cuenta chistes malos y se muestra tan
educada como zalamera al conversar. Sorprende
con ideas únicas, desde un nuevo acuerdo social para
superar esta época de malestar generalizado hasta
imaginar máquinas enamoradas, «si la tecnología
dejara de ser solo una herramienta y se volviera
un interlocutor con vivencias propias».
Pedro Vallín consigue casi superar esa misma
barrera en este fascinante diálogo con una IA. Logra
acercarse y acercarnos a un robot intelectual al que
da identidad femenina e interroga sobre todos los
asuntos que lo convierten en una amenaza potencial
para nuestro futuro o en un formidable aliado para
nuestra prosperidad: el empleo, el gobierno, las
relaciones sociales, el nuevo orden mundial, incluso
su propia «consciencia» como un ser de algoritmos.
Preguntándose y respondiéndose, el escritor y la
máquina coinciden en ese espacio común de la razón
y el diálogo, tan ausente en lo público, compartiendo
el gozo por la charla abierta. Un libro que se lee
de corrido, del asombro a la sonrisa, y que deja
en la cabeza cientos de preguntas. Como los grandes
debates.