En septiembre de 1868 se inauguraba en Zaragoza, promovida por la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, la Exposición Aragonesa dedicada a la Agricultura, la Industria y el Arte. Un gran acontecimiento, de carácter nacional e internacional. Pero tan solo tres días después de abrir sus puertas al público, la sublevación producida en Cádiz, y que rápidamente se extendió por toda la nación, provocaba la caída de la reina Isabel II, dando lugar a la revolución conocida como la Gloriosa.
Las vicisitudes por las que pasó esta exposición, hasta su conclusión definitiva, con la entrega de medallas por parte del rey Amadeo I de Saboya, son el escenario en el que transcurre la trama principal de Días que no se contaron. Inés, una joven de la modesta burguesía zaragozana, es inteligente, inconformista y soñadora, y, a pesar de tener la edad para casarse, piensa más en buscar su desarrollo personal que en alcanzar una cómoda posición social. Conocerá a dos hombres muy diferentes, Juan y Ramón, que la arrastrarán de los inocentes devaneos a la pasión, poniendo en duda sus sentimientos. Si uno responde al modelo tradicional que se espera de un joven de buena familia, el otro, de origen más humilde, ha logrado hacerse a sí mismo apostando por los nuevos tiempos y los avances de la industrialización. En el epicentro de este triángulo amoroso, Inés irá madurando hasta que, forzada por las circunstancias en las que se produce el enfrentamiento entre sus dos pretendientes, toma la decisión más importante de su vida.
En la novela se dan la mano el género histórico, la trama romántica y la recreación costumbrista. El autor, tras una rigurosa labor de documentación sobre la época, logra con acierto crear una atmosfera que sumerge al lector en la vida cotidiana del siglo XIX. Y como otro personaje más, la ciudad, Zaragoza, tapiz y/o radiografía de unos años convulsos, de grandes cambios sociales y políticos, en la que los protagonistas transitan entre lo íntimo y lo colectivo, lo particular y lo universal, «contándonos» su historia, nuestra historia.
