Cita con la cumbre encandila, engancha, emociona. La naturalidad y la calidez con que Juan San Sebastián narra su terrible experiencia en el K2 hace que el interés de su relato transcienda el ámbito puramente montañero. Como dice David Torres en el prólogo, "Juanjo ha templado la pasión y el dolor, la rabia ha dado paso a la melancolía y la pena. Las heridas del amor se han cerrado y en su recuerdo queda la cicatriz de quien -precisamente porque todavía duele- sabe que ha amado y vivido. Pero también hay algo más, y es que Juanjo se atreve a mirar cara a cara al último tabú. (...) La cumbre aquí no importa nada, o casi nada. No es más que frío y viento y vértigo. Creo que la cita que Juanjo anuncia desde el título no era con la cumbre. Era el trago que Atxo, su amigo, su compañero de tantas escaladas, bebió por él."