El apelativo con que se suele definir a Finlandia, país de los lagos, resulta muy conveniente ya que estos se contabilizan en un número cercano a los doscientos mil, además Finlandia ofrece al visitante, entre muchas otras sorpresas, un carácter, una historia y una población muy diferentes y no del todo comparables a la de los demás países escandinavos. Los transportes funcionan muy bien, las ciudades son pequeñas, agradables y siempre acogedoras, repletas de diseño moderno y de calidad de vida. Los servicios turísticos son de los mejores del mundo, además se puede ir a Laponia, a casa del mismísimo Santa Claus o a andar entre renos sobre el Círculo Polar Ártico o a ver las famosas auroras boreales. La grandiosa naturaleza que envuelve esta nación florece durante el estío ya libre de hielos y escarcha. De modo que hay dos Finlandias una en invierno y otra en verano. Dos países en uno, lo que no es poco.