La salvadora de la humanidad nace como respuesta  a una situación muy común, pero no por ello  menos devastadora: una ruptura sentimental. A  través de un viaje que transcurre en paralelo al  que realizó Lucifer en su descenso a los infiernos,  los poemas narran cómo el ser humano cae desde  un amor que roza lo divino hacia una tierra que le  recuerda lo esencial. Es en esa tierra donde conoce  los problemas humanos, donde es capaz de  someterse a su propio juicio y donde, finalmente,  termina reconstruyéndose como una criatura  nueva, aunque siempre marcada por la violencia  de la caída. Toda ruptura abre una herida a través  de la cual todo ser humano puede y debe salvarse