Un poemario que va más un paso más allá en su escritura, ya que, como indica el poeta y crítico literario José María García Linares en el prólogo, Begoña Abad escribe «para iluminar, para resistir y para comprender, concepto este u769;ltimo fundamental en todo el libro y necesario para el despertar de la conciencia del sujeto poe769;tico». Dividido en dos secciones ('Lo efímero' y 'Lo eterno'), El techo de los árboles nos muestra dos maneras múltiples de mirar y de sentir el amor en todas sus formas.